McCullers tenía un don para captar complejidades emocionales y psicológicas, dotando a sus protagonistas de grandes dosis de humanidad y vulnerabilidad. En su novela más conocida, «El corazón es un cazador solitario», McCullers crea un mosaico de personajes que luchan contra el aislamiento y la incomprensión en una pequeña ciudad del sur de Estados Unidos. Estos personajes, desde el mudo John Singer hasta la adolescente Mick Kelly, ofrecen una ventana a las vidas de aquellos que se sienten desconectados del tejido social dominante.
Además, McCullers abordaba con frecuencia temas de justicia social. Sus historias examinaban las desigualdades raciales, de género y económicas, revelando las enormes tensiones y contradicciones inherentes en la sociedad estadounidense de su tiempo. No solo detallaba las luchas personales de sus personajes, sino que también ponía de relieve las injusticias estructurales que contribuían a su marginación.
En «El corazón…» también nos presenta a Jake Blount, un hombre apasionado y excéntrico, profundamente preocupado por las injusticias sociales y económicas que percibe a su alrededor. Su carácter está marcado por su ferviente creencia en los principios del comunismo y su deseo de despertar a la clase trabajadora a la conciencia de su explotación.
Lo que le había dicho Alice era cierto: le gustaban los anormales. Experimentaba un sentimiento amistoso especial hacia las personas enfermas y los tullidos. Siempre que entraba en el local alguien con labio leporino o aspecto tuberculoso, le invitaba a una cerveza.
«El corazón es un cazador solitario», Carson McCullers, 1940.
O si el cliente era un jorobado o un lisiado grave, entonces lo que le ofrecía era whisky. Había un individuo al que la explosión de una caldera le había volado el pene y la pierna izquierda; pues bien, siempre que venía a la ciudad, el buen hombre tenía una pinta de licor gratis esperándole.
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