El mesmerismo, también conocido como magnetismo animal, fue una práctica desarrollada en el siglo XVIII por el doctor Franz Mesmer. Predicaba que existía una fuerza invisible natural (a la que llamó «magnetismo animal») que podía tener efectos curativos. Sostenía que los cuerpos celestes afectaban a los seres vivos a través de esta fuerza y que él podía canalizarla para curar a las personas.
La práctica del mesmerismo implicaba a menudo que Mesmer y sus seguidores usaran gestos y pases con las manos sobre los pacientes, supuestamente para redistribuir esta energía magnética en sus cuerpos. Aunque hoy se considera pseudociencia, en su época fue bastante popular y controversial.
Con el tiempo, el mesmerismo fue desacreditado por la comunidad científica, sin embargo, el interés en el mesmerismo allanó el camino para explorar más a fondo la relación entre la mente y el cuerpo en la medicina. Además, Mesmer y sus teorías influyeron en el desarrollo de la hipnosis.
En 1784 Luis XVI creó una comisión para determinar si el mesmerismo era charlatanería o no; un miembro era el doctor J. Guillotin, inventor de la guillotina. Esta herramienta luego fue utilizada para cortarle la cabeza al propio monarca y a dos miembros de la referida comisión.
¿Y este lugar qué demonios tiene que ver con todo eso?
Lea atentamente el texto anterior. Entenderá que posible extraer la conclusión de que el mesmerismo (y su trayectoria) se presta como un rico símbolo para explorar temas históricos, científicos, culturales, políticos y lo fantástico, actuando como un puente entre lo real y lo imaginario, y planteando preguntas sobre la verdad, la percepción y el poder.
Sigo sin entender, haga el favor de desarrollar ese galimatías.
A pesar de haber demostrado usted ser un alcornoque, accedo a explicarle punto por punto:
- Las creencias y las ideas, aunque no estén basadas en la realidad científica, pueden tener efectos significativos en la política y la sociedad. Exploremos cómo los mitos, los miedos y lo fantástico influyen en la toma de decisiones políticas y en la percepción pública.
- Con su misterio inherente y su promesa de poderes ocultos, el mesmerismo simboliza la fascinación humana por lo desconocido y lo inexplicable. Se relaciona estrechamente con el género del terror, que a menudo explora lo desconocido y lo sobrenatural. En este lugar, por cierto, somos verdaderos amantes del terror y lo fantástico.
- El poder de la manipulación y el control, tanto en un sentido literal (controlar a alguien a través de una supuesta fuerza invisible) como en un sentido más metafórico (manipular las creencias y opiniones públicas).
- La frágil dualidad entre sanación y enfermedad. El mesmerismo se presentaba como una forma de curación, y de hecho de sus tesis sin base surgió la inspiración para técnicas que sí fueron eficientes. Pero también tenía el potencial de ser explotado o de causar daño si se malinterpretaba o se utilizaba de manera fraudulenta.
Verá, he escuchado que es usted un marxista. Sigo sin ver la conexión entre esta historia y su verdadera naturaleza militante.
La relación simbólica entre el mesmerismo y el marxismo, aunque no directamente conectada en términos de teoría o práctica, puede ser interpretada de maneras intrigantes y metafóricas.
Desde el punto de vista del concepto de alienación, de manera similar a cómo Mesmer afirmaba poder manipular la «energía» de sus pacientes, es evidente que la clase burguesa (superestructura) se esfuerza en manipular las percepciones socioeconómicas y en generar ideología para mantener su posición de poder. El resultado es la alienación de la clase trabajadora.
Y al igual que el mesmerismo se evaporó al ser justamente desacreditada como pseudociencia, es muy posible que las formas de producción capitalistas y su cosmovisión asociada, formidable generadora de explotación, miseria y destrucción, caigan también con estrépito, y también de ellas se pueda extraer alguna lectura valiosa que ayude a la construcción de la nueva civilización.
Pero…
¡Cállese ya y deje de atormentarme!