Asamblea Nacional francesa, 28 de febrero de 1950. Un diputado del Partido Comunista interpela al Ministro de Sanidad, Pierre Schneiter:
— Señor Ministro, se está vendiendo una bebida en los bulevares de París llamada Coca-Cola.
Coca-Cola, la Guerra Fría y Billy Wilder, por Javier Bilbao
— Lo sé
— Esto es serio, así que usted lo conoce y no está haciendo nada para impedirlo
— No tengo, de momento, razones para actuar
— Esto no es una simple cuestión económica, tampoco una simple cuestión de salud pública: esto es una cuestión política. Nosotros queremos saber si, por razones políticas, usted va a permitir a los norteamericanos envenenar a los franceses y las francesas.
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